Los trastornos respiratorios son el principal problema de salud que aqueja a la población durante los meses de invierno, aumentando las consultas de urgencia en un 100% por esta causa.

La razón, es que  en esta época del año, es donde se presentan las condiciones ambientales que facilitan la propagación de virus como el respiratorio sincicial, la influenza y el adenovirus que, al complicarse, pueden causar infecciones respiratorias de origen bacteriano.

La forma en que el contagio se lleva a cabo es a través de las secreciones respiratorias como hablar, llorar, toser o estornudar.

Al respirar, el pulmón y las vías aéreas están continuamente expuestos a microorganismos ambientales, alérgenos y agentes externos contenidos en el aire que causan con frecuencia infecciones en las vías respiratorias. Estas infecciones pueden manifestarse en cuadros respiratorios altos,  donde se ve afectada la nariz y la faringe causando obstrucción nasal y dolor de garganta, que en ocasiones pueden complicarse en otitis y/o sinusitis.

También puede darse con cuadros bajos, como la bronqueolitis aguda, que causa dificultad respiratoria y silbido en el pecho. Por su parte, los cuadros severos, como la neumonía, compromete al pulmón y la capacidad respiratoria, provocando fiebre y gran compromiso del estado en general.

Ciertas condiciones como el encierro, la mayor cercanía física de las personas, la falta de ventilación de los ambientes y algunos sistemas de calefacción como la parafina o la leña son factores que inciden y potencian el aumento de este tipo de enfermedades.

Algunas medidas que podemos adoptar para no contagiarnos este invierno son: