La llegada del verano, una época que nos invita a comer alimentos más ligeros y refrescantes por las altas temperaturas y que nos mantiene más animados por la llegada de las esperadas vacaciones, también; queramos o no; puede hacer que se produzcan desórdenes en nuestra alimentación habitual, ya que las actividades que realizamos día a día muchas veces cambian, los horarios no son los mismos, hay tendencia a saltarse comidas o a veces a comer en exceso y fuera de casa.
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Lo recomendable no es cambiar los hábitos de alimentación saludables que ya tenemos incorporados, sino que adaptarlos a esta época del año, no excediéndonos en el aporte calórico que necesitamos diariamente, el cual es menor en verano y manteniendo una adecuada hidratación.
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En la época estival, la variedad de alimentos menos calóricos y más frescos como frutas y verduras es amplia y atractiva. Estos alimentos nos entregan una gran variedad de nutrientes como agua, fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes, los que protegen nuestra salud, evitando enfermedades cardiovasculares, previniendo el envejecimiento y distintos tipos de cáncer, cuidando nuestra piel e hidratándola para evitar los daños provocados por los rayos solares.
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Frutas como el melón, sandía, chirimoya, frutillas y duraznos, entre otros, nos entregan distintos sabores y nutrientes que durante el resto del año son más difíciles de encontrar. Podemos buscar opciones de preparaciones saludables y distintas maneras de incorporar estos alimentos, como jugos, batidos o licuados de frutas y/o verduras, ensaladas, sopas y cremas frías. También podemos consumir helados a base de fruta y agua. Se debe ingerir de preferencia la fruta y verdura cruda de manera de aportar el máximo de nutrientes, especialmente sus vitaminas y minerales, los cuales se pierden a través de la cocción.
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Se recomienda consumir al menos 5 porciones entre frutas y verduras al día, de distintos colores para así aportar variedad de nutrientes a la dieta y entregar todos los beneficios que éstas tienen. En el caso de los pacientes diabéticos, es importante no exceder el consumo de estos alimentos, ya que algunos contienen mayor cantidad de azucares, por lo que no deben superar las 2 o 3 porciones al día y se debe seleccionar el tipo y cantidad a consumir.
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No debemos olvidar el consumo de líquidos durante el día, el cual es fundamental para mantener una adecuada temperatura corporal, proteger la piel y prevenir la deshidratación. Se recomienda entre 1 ½ y 2 litros de líquidos diariamente, de preferencia agua, té frío, limonadas, aguas de hierbas y jugos sin azúcar.\nOtros consejos para este verano:
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• Ordena tu alimentación manteniendo los horarios adecuados: organízate de acuerdo a tus actividades de verano y consume alimentos saludables cada 3 horas, como colaciones que contengan frutas o jugos naturales, palitos de verduras como apio, zanahoria, zapallito italiano, pepino o helados a base de agua o fruta (consumo ocasional).
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• Prepara batidos o licuados de verduras y frutas que te ayudarán a limpiar tu organismo y a hidratarlo. Puedes seleccionar las de tu gusto y consumir un vaso al desayuno. Agrega un poco de jengibre fresco y ayudarás a aumentar tu metabolismo y proteger tu salud.
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• Consume palta, ya es rica en ácidos grasos esenciales y antioxidantes como la vitamina E, entregándote múltiples beneficios tanto para tu corazón como para tu piel.
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• Prefiere el consumo de pan y cereales integrales, los que aportan fibra que ayudan a aumentar tu sensación de saciedad y previenen el cáncer de colon. Además contienen vitaminas del complejo B y vitamina E.
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• Evita el consumo de alimentos altos en grasas saturadas como embutidos, quesos amarillos o maduros, carnes de vacuno, mantequilla y frituras, que sólo dañan tu corazón y producen exceso de peso.
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• Evita las bebidas alcohólicas y azucaradas: Éstas contienen muchas calorías y no ayudan a quitar la sensación de sed.
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• Evita el riesgo de intoxicaciones alimentarias durante las vacaciones: al tener más opciones de consumir alimentos fuera del entorno habitual, hay mayor riesgo de enfermedades gastrointestinales o de intoxicarte. Prefiere alimentos envasados y refrigerados, evita el consumo de pescados y mariscos crudos, consume agua potable o embotellada.
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• No olvides lo importancia de realizar actividad física y mantenerte hidratado antes, durante y después de realizarla.
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Los beneficios de una alimentación saludable no sólo harán que te veas bien por fuera, sino que también notarás cambios internamente que te harán estar más protegido, activo y alerta ante cualquier estímulo.
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